Por Pegaso

Al término del 2023, el Sistema de Administración Tributario (SAT) reportó una recaudación de 4 billones, 517,730 millones de pesos, un 12.3% más que en el 2022.

A pesar de ese crecimiento, la recaudación impositiva en México es de apenas el 16.9% del producto Interno Bruto, comparado con el 46.1% de Francia y del 34% en promedio mundial calculado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), según datos de El Financiero.

¿A qué viene esto? Pues que, a pesar del incremento en la fiscalización –recordemos que no se aprobó la propuesta de reforma fiscal- no se alcanzaron las metas para el 2023 y dudo mucho que se alcancen las del 2024.

Cada vez somos más pobres funcionales, no los que dicen las estadísticas oficiales, sino los verdaderos.

Como consecuencia, las actividades informales crecen y se multiplican.

Un vendedor callejero de dulces puede ganar al día lo equivalente a dos o tres salarios mínimos sin pagar impuestos, IMSS, INFONAVIT, luz y agua, como lo hacen los comercios e industrias formales.

Yo, Pegasiux de Petatiux, pago casi el 30% de mis ingresos, y eso me deja fluctuando en una delgada línea que divide la clase media de la baja.

El tema de los impuestos salió a relucir a partir de las palabras de la empresaria María Aramburuzavala, una de las principales accionistas del Grupo Modelo y la mujer más rica de México, donde reclama a su par Ricardo Salinas Pliego de evadir impuestos.

Aramburuzavala comentó que en sexenios anteriores otros empresarios de alto pedorraje le decían que no pagara impuestos, que se amparara y así podría obtener un mayor margen de utilidades.

“Me decían pendeja porque nunca quise hacerlo”,-dijo la ricachona.

A la fecha, Ricardo Salinas Pliego tiene una deuda de más de 63 mil millones de pesos en impuestos. Si consideramos que su fortuna roza los 3.5 mil millones de dólares, sería como quitarle un pelo a un gato.

Pero el sinvergüenza del tío Rickie, Presidente del Grupo Salinas, que incluye empresas como Elektra, TV Azteca, Total Play y otras, hasta se ríe cuando el SAT le exige que pague lo que debe.

Ya quisiera yo que el SAT me tratara igual. Pero si me retraso un poquito, seguramente recibiré un multón del ocho, igual que millones de pequeños empresarios que apenas sacan para pagar sueldos y servicios.

Por eso yo quiero abogar por que se pague un solo impuesto en todo el país, como sucede en Estados Unidos.

Allá se paga el 8% y ya.

Y todavía, cada año, los causantes esperan el “income tax” o devolución de impuestos. Con esa lana se compran un coche nuevo, cambian su guardarropa, le dan una buena arreglada a sus casas, se van de vacaciones a una paradisíaca playa de alguna república bananera y todavía les sobra para darles a los hijos y nietos vaquetones.

Solo que allá los ingresos de los trabajadores son 10 veces mayores, a pesar de que el Gobierno de la Cuarta Transtornación diga, jure y perjure que ya subió el salario mínimo, que ahora somos menos pobres y que ya estamos llegando al nivel de los países desarrollados. ¡Bah!

Los del gobierno deberían echarse una vueltecita al súper para que vean que cada semana los precios de los productos básicos suben.

Pero no tiene chiste si siguen ganando la lanota que les paga el gobierno por no hacer nada. ¡Noooo! Que se les pague el salario mínimo por un año, para que vean las peripecias que tienen que hacer las familias para subsistir.

Viene el refrán estilo Pegaso: “De tal forma, discernirás lo que significa apreciar a la deidad en territorio de aborígenes”.  (Así, sabrás lo que es amar a Dios en tierra de indios).